En el currículo de Steve Wozniak destaca el cargo de cofundador de Apple, la compañía que, liderada por el otro Steve, Jobs, brilla gracias a productos como el iPod, el iPhone o el iPad.
Sin embargo, 'iWoz', como también se le conoce, prefiere definirse como programador y distanciarse de una empresa de la que, hoy, sólo recibe un pequeño sueldo.
Algo que le permite, como ha destacado en la Campus Party de Valencia, que inauguró el lunes, probar productos "con mayor objetividad". Este apasionado de los 'gadgets' y padre de los primeros ordenadores Mac que disfruta con el nuevo iPhone4, no elude ninguna pregunta sobre la compañía que vio nacer a mediados de los años 70 en un garaje californiano:
Ha llegado a Valencia como un 'campusero' más después de participar en la edición de México. ¿Qué es lo que le atrae de este evento?
Es donde estaría si fuera joven y, aunque ya no lo soy, creo que he sido capaz de mantener mi juventud y mis ideales. La gente que está aquí es idealista y quiere hacer un mundo mejor en vez de ganar dinero a cualquier precio. Tratan de llevar a cabo ideas que parecen imposibles si son buenas para los demás.
Sin embargo, muchos de los jóvenes que ponen en marcha empresas tecnológicas aspiran al éxito profesional e incluso a convertirse en millonarios. ¿Son compatibles ambas posturas?
Las ideas revolucionarias en la tecnología, como Facebook, Twitter, Apple, Google o incluso HP salieron de jóvenes que aún estaban en la facultad y sólo trataban de hacer algo bueno sin sospechar que manejarían enormes cantidades de dinero. Y aunque es raro ver empresas que saben cómo ganar dinero sin perder el objetivo de crear ideas revolucionarias, como hace Apple o hizo Sony, el objetivo siempre debería ser hacer algo fantástico y no maximizar los beneficios. Estas grandes novedades tecnológicas han sido, además, revolucionarias porque han abierto las comunicaciones a todo el mundo.
Pero en el caso específico del iPhone, Apple optó por un modelo de negocio cerrado, de modo que para instalar un programa en el teléfono es necesario pasar el control de la compañía. Ahora, gracias de una modificación legal, los usuarios podrán romper ese control e instalar cualquier programa...
El iPhone es un gran invento porque se creó pensando como los jóvenes, en mejorar las cosas. Apple no hace productos muy buenos, sino excepcionales, y eso es lo que quieren los consumidores, el pensamiento de la juventud. Sin embargo, el iPhone tendría más éxito y sería más popular si fuese más abierto.
¿Entonces, usted está a favor de tecnologías más abiertas que las que quiere Steve Jobs?
Sí, lo prefiero porque soy desarrollar e informático. Me gusta coger cualquier producto y ponerle cables, escribir mis propios programas, ampliarlo, personalizarlo, porque me divierte, no por dinero. Y luego hay productos como el iPhone, que la gente califica como más 'cerrados' debido a que Apple obliga a comprar las aplicaciones en su tienda. Sin embargo, cualquiera puede escribir una aplicación, hay un campo enorme para los desarrolladores. Hay cosas que no se pueden utilizar, pero la mayoría sí. Frente a esta opción, cuyos partidarios creen que hace la vida más fácil con menos opciones, los desarrolladores queremos crear un mundo repleto de opciones. En definitiva, yo podría escribir cualquier programa que quisiera en mi ordenador y después pasarlo a mi iPhone.
Ha habido una gran polémica en Internet con la mala recepción de la señal telefónica en el iPhone 4. ¿Ha experimentado este problema?
No, no he tenido problemas, pero cuando los hay me llegan toneladas de correos electrónicos de gente que habla de ello. En este caso, muchos me han escrito para decirme que funciona muy bien, y yo no he observado el problema en la vida real. Lo que aquí falla no es la tecnología, sino las personas. Hay gente que ama a Apple y los que la odian, y son casi como dos religiones. Cuando esos dos grupos luchan entre ellos, cualquier situación se engrandece.
Con el nuevo producto de Apple, el iPad, se produce un cambio fundamental, y es que ya no se usa a través de un ratón, sino con el dedo. ¿Hasta que punto estamos ante una revolución informática?
Sin duda, lo es. Cambia la forma en la que el ser humano interactúa con el ordenador, cómo utiliza su cuerpo y sus sentidos para manejarlo. Cuando quiero coger algo de la mesa, uso las manos, no necesito un ratón o un control remoto para cogerlo, e igual pasa con el iPad. Sólo ha sido necesario un tiempo para que el coste bajase lo suficiente como para poder estar presente en nuestras vidas. Espero que esta tendencia continúa y haya métodos cada vez más humanos. Nos dirigimos hacia un mundo cada vez más preciso en el que incluso puedes hablar a los ordenadores y ellos hacen lo que piensa tu mente. Al fin y al cabo, debe ser la tecnología la que se adapte al ser humano y no al revés.
Lo siguiente debería ser abaratar aún más precio. La India ha anunciado 'tablets' de 35 dólares. ¿Es posible alcanzar dicho precio para una fabricación masiva?
Hace tiempo que existe ese objetivo en proyecto como One Laptop Per Child (OLPC), que apostó por ordenadores de 100 dólares y acabó fabricándolos por 200. El problema es que los últimos detalles o la distribución tienen un coste superior al planificado, aunque también depende del volumen de fabricación y ventas. Sin embargo, cuando empezamos con los ordenadores podías comprar uno muy simple por 100 dólares u otro más pequeño que, por 50 dólares, podías conectar a la televisión y escribir programas. Y eso no cambió el mundo.
Pasemos a hablar de Internet y programación. ¿Cree que el HTML5 es el lenguaje del futuro para programación web?
Cada vez una parte mayor de nuestra vida se desplaza a 'la nube': tus programas, tus imágenes, tu música... Como cuando le damos dinero a un banco y confiamos en él, asimismo hay cada vez más confianza en la Red para almacenar nuestros datos. Ya no hay que actualizarlos o preocuparse si algo no funciona en los programas que están en 'la nube', y esto supone un cambio muy importante. Cada vez tendremos más confianza en Internet para almacenar nuestros datos y contenidos privados.
Sin embargo, cuando te encuentras con desarrolladores web te explican que trabajar con HTML5, JavaScript y CSS3 es complejo debido a que cada navegador de Internet interpreta el código de forma distinta. ¿Es posible que las compañías que los hacen se pongan de acuerdo y faciliten el desarrollo con estas nuevas tecnologías?
Pensaba que era posible, pero ahora creo que es casi imposible o al menos muy difícil. El HTML es un estándar muy estricto, pero los navegadores no lo cumplen. Siempre hay empresas que, cuando hacen un producto, lo hacen de forma diferente a sus competidores, tratan de hacerle mejores o interpretan las normas de forma distinta. He visto muy pocos casos de unidad en este sentido.
Sin embargo, podría ocurrir que hubiese un acuerdo, pero hay otro problema, y es que hay mucha gente que escribe código web, y hay muchas herramientas distintas para hacerlo. Herramientas que no son iguales ni dan los mismos resultados, de modo que muchas veces hacer páginas web se convierte en un método de prueba y error, y ocurre que cuando algo funciona, lo hace sólo en un navegador concreto. Así ha ocurrido hasta ahora, y si analizamos los errores que tiene una página web, en casi cualquier caso aparecen docenas o cientos. Son demasiados errores humanos y no parece que la situación vaya a cambiar.
'The Woz', 'The Wizard of Woz', 'iWoz'... ¿quién le pone todos estos apodos?
Yo mismo me he inventado estos alias por diferentes motivos. Por ejemplo, cuando volví a la facultad para acabar mi carrera, utilicé 'Rocky Raccoon Clark' que es el nombre de una canción. Hay muchos motivos personales en cada uno de estos motes.
ElMundo.es
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