Como en una escena de un viejo western crepuscular de Sam Peckinpah, Blockbuster se desangra a cámara lenta, incapaz de adaptarse a los renovados tiempos digitales. La popular cadena de alquiler de películas cerrará 300 establecimientos en EE.UU., lo que se traducirá en la pérdida de unos 3.000 puestos de trabajo, según confirmaron a Europa Press fuentes de Dish Network, matriz de la compañía.
«Blockbuster cerrará aproximadamente unos 300 establecimientos en EEUU en las próximas semanas», indicó el portavoz de la empresa, quien subrayó que Dish Network «continúa viendo valor en la marca Blockbuster».
De este modo, la compañía, que en los últimos años ha reorientado su actividad hacia servicios de televisión y video vía satélite, analizará la rentabilidad de los distintos establecimientos, cerrando aquellos que no sean rentables. «Algunos de los 300 establecimientos llegaban al final del periodo de alquiler y otros cierran por la evolución de sus resultados», precisó el portavoz de la empresa, que mantendrá abiertos unos 500 locales de Blockbuster en EEUU.
No es el único final infeliz que Blockbuster ha vivido en los últimos días. Su filial británica se declaraba insolvente la pasada semana porque, según los consultores de Deloitte, no es capaz de hacer frente a la competencia de firmas por internet como Netflix o LoveFilm Blockbuster abrió su primera tienda en el Reino Unido en 1989 y en la actualidad tiene 528 establecimientos con un total de 4.190 empleados.
En España, Blockbuster echó el cierre a sus 94 videoclubs en 2006. Cercada por la pirateria, aplicó un ERE a sus casi 700 empleados. Siete años después, la mítica enseña que dominó el mercado en los últimos años del siglo XX parece aún incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos.
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