Según la agencia, la crisis de la eurozona afecta a las perspectivas de estabilidad financiera y crecimiento de los dos países.
Nadie duda de que la Unión Europea atraviesa hoy por una de sus peores crisis económica-financiera. Tampoco se duda de que si el bloque regional no hace algo pronto para salir de las profundidades, la eurozona podría, en el peor de los casos, desaparecer. Para llegar a este estado, ya sea de recuperación o agravamiento, aún falta tiempo; sin embargo, hay actos que aceleran los procesos. Uno de ellos, de tendencia negativa, ocurrió ayer: la agencia de calificación de riesgo Fitch anunció una rebaja en dos escalones de la deuda de España, hasta “AA-”, y en un escalón de la de Italia, hasta “A-”.
Los reportes representaron un duro golpe a las esperanzas de Europa de contener la crisis, un problema que se expande.
Resulta que Italia es la tercera economía más grande de la eurozona, mientras que España es la cuarta; por ello, ante un eventual rescate del bloque para evitar que caigan en default, la situación se tornaría casi catastrófica porque Europa debería desembolsillar sumas extremadamente grandes para afrontar los paquetes de ayuda.
Fitch anunció que la perspectiva a largo plazo para ambas naciones es negativa debido al lento crecimiento y a la elevada deuda regional.
Por otro lado, la agencia informó que mantendrá en observación la clasificación de la deuda de Portugal para un posible descenso, decisión que tomará a fin de año.
Resulta que Lisboa fue el tercer miembro, y el más reciente, en recibir de la eurozona un paquete internacional de rescate después de Grecia e Irlanda.
En su informe sobre Italia, Fitch dijo que degradaba la deuda de “AA-” a “A+” debido al elevado endeudamiento público, la falta de crecimiento y la solución “políticamente técnica y compleja” necesaria para resolver los males financieros del país y recuperar la confianza de los inversores.
Aunque reconoció que las recientes medidas de austeridad adoptadas por Italia mejoraron su situación, “la titubeante respuesta inicial del Gobierno italiano ante la proliferación del contagio minó igualmente la confianza del mercado en su capacidad para conducir a Italia a través de la crisis de la eurozona”.
En tanto, Fitch redujo la calidad crediticia de la deuda española dos peldaños, de “AA+” a “AA-”, debido a los crecientes riesgos de la crisis financiera de la eurozona, así como la elevada deuda en gobiernos regionales y las debilitadas perspectivas de crecimiento.
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