En el Día del Trabajo es oportuno darle una mirada a las cifras de trabajo decente en el país, es decir, conocer cuántos trabajadores gozan de todos los beneficios laborales y si su salario supera el mínimo vital. Las cifras no son alentadoras.
El trabajo decente es aquel en que los trabajadores tienen un contrato laboral, una remuneración mayor a la mínima vital (estos dos son indicadores básicos), jornada laboral no mayor a 48 horas semanales, seguro de salud y de pensiones (estos tres últimos indicadores son complementarios).
Partiendo de dicha premisa al evaluar la calidad del empleo generado en el Perú en 2009, se encontró que de los 15,3 millones que conforman la Población Económicamente Activa (PEA) apenas el 8,2% disponía de los dos indicadores básicos (contrato laboral y remuneración mínima) y de los tres complementarios (jornada laboral no mayor a 48 horas semanales, seguro de salud y de pensiones). Ellos constituían el nivel 1 de Trabajo Decente (TD). En el sentido opuesto, 7,9% de la PEA no contaba con ninguno de dichos cinco indicadores. Este segmento es el nivel 5 en la escala del TD. Esto según un estudio de Julio Gamero denominado “Trabajo decente en el Perú”
¿Qué parte de la PEA se hallaba en la escala 1 de TD? Los asalariados en un 20%, los jóvenes asalariados en apenas 6,6%, un 3,9% de quienes laboraban en la agricultura, un 45,5% de quienes trabajaban en el Estado y un 34,2% de quienes se encontraban en empresas de más de 50 trabajadores.
A su vez, para el caso de la PEA asalariada, la región del país con más trabajo decente en la escala 1 era Moquegua (31,7%) y la de menor participación en dicha escala era Amazonas (9,9%).
Índice de Trabajo decente
El estudio crea un índice de Trabajo Decente (IDC) estableciendo cinco niveles para determinar el trabajo decente en el país: Nivel 1 (cumple con todos los indicadores básicos y todos los complementarios), Nivel 2 (cumple con todos los indicadores básicos), Nivel 3 (Cumple al menos con uno de los indicadores básicos), Nivel 4 (no cumple con indicadores básicos pero al menos con algunos de los indicadores complementarios) y Nivel 5 (no cumple con ningún indicador).
En el 2009, la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada en el Perú ascendió a 15 millones 316 mil 129 personas. El 39% de la PEA ocupada es asalariada, mientras que el 61% está conformado por los trabajadores no asalariados. En el grupo de trabajadores no asalariados se considera a los empleadores, trabajadores independientes, al trabajador familiar no remunerado y al trabajador del hogar.
De acuerdo a la distribución de la PEA ocupada en la escala propuesta del Índice de Trabajo Decente (ITD), solamente el 8.2% pertenece al nivel 1, es decir, cumple con todas la condiciones dignas de un trabajo decente (tiene contrato laboral o el negocio está registrado, ingresos mayores al salario mínimo vital, jornada laboral menor a 48 horas, seguro de salud y afiliación al sistema de pensiones).
En el otro extremo, se tiene un contingente similar de trabajadores (7.9%) cuya condición laboral es precaria y no cumplen con ninguno de los indicadores básicos ni complementarios (nivel 5); y casi la mitad de la población ocupada (48,1%) se ubica en el penúltimo nivel de la escala (nivel 4).
Diferenciando por PEA ocupada asalariada y no asalariada, observamos que el 20.4% de los asalariados tiene un trabajo decente; frente al 0.4% de los trabajadores no asalariados.
Por otra parte, aproximadamente dos tercios de los trabajadores no asalariados (64%) se encuentra en el nivel 4 de la escala de déficit de trabajo decente, es decir, su negocio no está registrado y tienen una remuneración menor a S/.600, pero cumplen con al menos algún indicador complementario (jornada laboral menor a 48 horas, seguro de salud o afiliación al sistema de pensiones).
Hombres frente a mujeres
En el caso de la PEA ocupada no asalariada, claramente se observa que las mujeres se encuentran en desventaja frente a los hombres. Sólo el 17,0% de ellas alcanza los niveles 2 y 3 de la escala ITD, en comparación con el 36,3% de los hombres.
En el colectivo de asalariados, se observa una relación entre edad y déficit de trabajo decente. Así por ejemplo, solamente el 6,6% de los jóvenes de 14 a 24 años tiene trabajo decente, frente al 33,1% de las personas con 55 y más años de edad. De la misma manera, los jóvenes de 14 a 24 años se concentran, mayoritariamente, en los dos últimos niveles de la escala del ITD (51,8%) a diferencia del resto de grupos etarios.
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